miércoles, 17 de octubre de 2007

Tu Carta


"No hay mas ley que mi destino pero siempre tendré memoria. Serás lo más suave de mi vida áspera y tu nombre irá acompañado de mi risa. Volveré eternamente a ti, porque fuiste casi como mi alma"
... Dejó escrito en una hoja, una mañana antes de irse.
No entendía entonces yo su vida.
Por qué estaba tan cerca y tan lejos de mi?
Porque dejaba todo para verme feliz... comenzando por mí.
Pasaron más de tres años del día que dejó esa nota sobre la mesa. Y hoy, acomodando algunos libros, se resbaló de uno de ellos y quedó en el piso de mi cuarto.
Sin llegar a leerla reconocí su letra, que era igual a él. Media clara, media desprolija, media perfecta y media asquerosa.
Me senté en el piso y la levanté con cuidado, como si fuese uno de los pétalos de la rosa que me regaló una vez y aún conservo. Resonó su voz mientras la leía, como si estuviese detrás mío. Pude sentir el aroma de sus manos; también pude escuchar su paso firme bajando la escalera luego de escribirla.
Siempre será así? Pienso...
Será mi destino encontrarlo cuando menos lo espero?
El lo sabe, por eso jamás quiso decirme lo que leía en mi mano.
Siento que ya no habrá mañana sin que viva por él, ni noche sin que muera.
Puedo tomar el teléfono ahora y llamarlo. Y lo escucharé contento y me invitará a bailar. Y lo miraré sintiendo que ya no debo irme.
Puedo cambiar el destino que él leyó en mi mano.
O puedo también arrugar con furia en mi puño sus palabras y hacer de cuenta que nada pasó.

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