sábado, 22 de diciembre de 2007

Que se yo...


Mirando mi vida por encima de mi hombro, veo que la lucha fue una actividad constante. Sé que no siempre jugué limpio, sé que a alguien habré traicionado sin querer o queriéndolo… No lo sé.
Pero aún no existe la persona que pueda decirme que bajé los brazos, que no lo intenté, que no lo soñé…
Creo que si me gusta tanto la soledad es porque ella siempre fue leal conmigo, fue la única y privilegiada testigo de mis esfuerzos, logros y fracasos.
Sé que soy fuerte, pero en días como hoy me siento algo cansada y me seduce la idea de dejar de poner el pecho a cada cosa y tomar una postura más artificial.
Yo se amar a un hombre de la manera mas sana y simple. Sé defender a la gente que quiero y cuidar de ella. Lo que nunca aprendí fue salvarme a mí, defenderme a mí y cuidar de mí.
Tal vez fue porque creí que alguien haría ese trabajo, pero cuando te ven tan fuerte y tan grande y tan poderosa y tan irrompible… creen que no necesitas atención, porque nada te hace mal, nada te hiere, nada te golpea el corazón.
Pero nada tarda muchos años en llegar y mi calma está llegando; y viene un poco triste y desilusionada.
Tal vez mañana despierte repitiendo por lo bajo: “Empecemos de nuevo”.
O tal vez grite un adiós que llame la atención de alguien.
No lo sé, nunca se sabe conmigo.

lunes, 3 de diciembre de 2007

Como Antes

Como aquellas antiguas noches de invierno, cuando asomada a la ventana de mi cuarto imaginaba mil maneras diferentes para mi destino.
Pasaba largas horas repitiendo esa canción que tanto me gustaba.
Fabricaba sueños y creaba colores nuevos.
Como aquellas antiguas noches de invierno, hoy estoy acá, masticando la melancolía de un pasado no muy lejano, y sintiendo el vértigo de un nuevo destino.
Me sorprendo al verme conmovida por las mismas cosas de antes... Jazmines y velas azules en mi cuarto.
Una declaración de amor.
Un poema hecho para mis ojos.
Un adiós.
Un corazón abierto.
Su foto llena de humedad en mi pared...
Hoy sin ir mas lejos, paso por mi puerta el aroma de su recuerdo, dejando la sensación fría del olvido...
cuantas lagrimas se derramaron por mis mejillas al no poder recordar su mirada.
De donde vendrá esta indecisión de no saber como seguir...
Tantos caminos se abren delante de mí, que no sé cuál me hará sentir menos dolor al dejar este presente tan incierto.
En algún momento de esta historia, no sé cuando fue, crecí de golpe esperando ver la realidad de mis sueños de niña.
Me pregunto si abre perdido tal vez mi inocencia.
Me pregunto si, quizás, ya estoy sintiendo miedo...
Como en aquellas antiguas noche de invierno, vuelvo a fabricar colores y salgo a buscarte otra vez.

Recuerdos

Cada segundo, cada minuto que vivo, voy recolectando momentos para mi memoria. Instantes y situaciones que seguro recordaré cuando mi melancolía se despierte en el momento menos pensado. Hoy es un día gris, este invierno no quiere soltarle la mano al otoño y todos los días se vuelven perfectos para tomarse unos minutos de tristeza. Lo sabía, esta mañana cuando desperté lo supe. Sabía que tarde o temprano iba a dejar de reprocharte todo y comenzaría a recordarte bien. Tal vez dejé que quererte… Cuando el sentimiento del rencor se duerme, y uno mira hacia atrás con media sonrisa y el eco de una mirada lejana no duele tanto, es que quizás llego el perdón. Y cuando llega el perdón, es porque ya no nos interesa. Recordar a quién ultrajó nuestro corazón y no querer que se le desplome el cielo encima, es una señal de nuestro éxito personal. Porque pudimos superar el engaño y el dolor. Pudimos olvidar las noches eternas y frías de soledad. Pudimos secarnos el llanto y ponernos de pié. Yo tuve mi éxito personal. Te perdoné tanto que hasta me dio pena hacerlo. Si hasta quise volver a maltratar tu recuerdo con tal de no ver tu ego destruido. Pero una vez me dijiste que no podías esperar nada, que la vida seguía y no podías quedarte. Entonces yo no paré de correr… corrí tanto que alcancé mis propios sueños y superé mis propias metas. Por eso en días como hoy, cuando mi pasado mas reciente golpea mi ventana, le hago creer que pudo sacudir mis recuerdos, y cuando se va por donde vino le sonrío de costado y sigo caminando. No hace mal tener memoria, solo hay que saber jugar entre la delgada línea que hay entre un recuerdo que nos enseñe a cambiar, y un recuerdo que atormente nuestro destino.

Cinco Estrofas De Amor

Había atravesado todas las locuras posibles. Había canjeado mi destino por cinco estrofas de amor escritas en el aire. Todo podía ser verdad. O no. Pero al ver mi vida desprendida de mi cuerpo sobre sus manos fuertes y firmes, supe que ya no tenía opción. Solo yo sé todas las tardes que pasé asomada al balcón, con la carita mojada y la ilusión apretada entre mis manos. Desde otoño a verano. Cada estación conoció mi pena. Quizás el jamás supo que en su palabra tenía el poder inmenso de manejar mis ideas y mis decisiones, tenía mi corazón hipnotizado bajo su mirada. Cual es el límite entre el amor y la locura? Como se puede notar la diferencia entre la felicidad y el dolor? Hasta dónde pueden llegar los derechos del otro sobre nuestra debilidad? Sé que nunca voy a volver a tener esas sensaciones, pero tampoco las quiero. Luego de una pelea sin tregua entre mi corazón y mi cabeza, decidí dejarlo todo. Y me fui, si. Me fui corriendo rápido para que el arrepentimiento no me alcance. Lloré una de cada noche que pasé en la soledad mas oscura que jamás había conocido. Pero lloré más cuando vi que su vida no había cambiado con mi partida. El tiempo pasó y yo me repuse. Le di un cambio completo a mi vida y pude volver a reírme. Algunas noches pienso en él… pero ya no le regalo una sola lágrima. Ya no hay mañanas que despierte murmurando su nombre. Solo me queda el recuerdo. En cambio me contaron que el se sienta cada tarde en el balcón que era mío, esperando que yo llegue con cinco estrofas de amor a cambiar su destino.

viernes, 30 de noviembre de 2007

Ahí vamos

Moverse forma parte de vivir… Un día alguien me dijo esa frase y no hice más que escribirla con rush en el espejo de mi cuarto.
Hay gente que no se olvida jamás y comprendí que la nostalgia es la tristeza de saber que no podemos volver a vivir un recuerdo.
Miro hacia atrás y veo mi vida… que aún es corta y sin embargo hubo años que parecieron eternos.
Siempre fui muy melancólica y tengo esa maldita tendencia de añorar lo que ya sucedió.
Volver a tener una cena con mis padres y mis hermanos, por ejemplo.
Jugar al elástico.
Sentir la humedad del primer beso que me dieron.
Volver a tener mi primera traición, que fue la más liviana de todas.
Llamarlo solo para escuchar su voz y cortar.
Faltar al colegio sin que sepa mamá.
Mirar desde arriba a mi hermana y verla pequeña, siempre pequeña.
Sentir la protección de mi hermano mayor.
Volver a creer en esas cosas que me hacían tan feliz…
Ir al odontólogo con papá y desear que ese día no haya ido el doctor.
Ver una vez más esos ojos que morían de amor.
Las flores que todavía guardo dentro de una caja.
Fumar a escondidas.
Volver borracha a casa del brazo de una amiga.
Esperarlo una vez más para revivir el encuentro.
Usar toda la artillería para lograr su amor.
Pasar diez veces por la puerta de su casa y que parezca casual.
Esperar el sábado para ponerme espléndida y bailar cerca para que me vea.
El día que mi hermano se fue de casa.
La noche que ví a mi hermana fumada.
El día que supe que mi familia podía vivir sin mí.
Moverse forma parte de vivir. Por eso ya me voy, para empezar a añorar este preciso momento dentro de algunos años

lunes, 29 de octubre de 2007

Una Tarde Como Todas


Es una tarde como la de ayer, como puede ser la de mañana. Pero por alguna razón, ésta cae lenta y pesada. Hay algo en el ambiente que provoca que el sol tarde en bajar y que los recuerdos se vuelvan en cámara lenta. Miro a través de la ventana de mi oficina como el frío apresura el paso de la gente. Así pasan cinco, diez, quince minutos con la mirada fija en la nada sin poder concertarme en mi trabajo. De repente escucho como un eco lejano y confuso, una voz que me cuestiona y me pregunta algo que no entiendo de que se trata. Sacudo mi cabeza con un golpe seco y veo la corbata amarilla con vivos rojos que lleva puesta mi jefe. Algo más arriba me encuentro con su ceño levantado y esperando aquello que hace dos días me pidió y aún no lo terminé. Su gesto demuestra una interminable paciencia frente a mis vuelos mentales. A veces creo que me lee el pensamiento o simplemente me ha tomado mucho afecto. Una taza colmada de café negro y amargo, puede sacarme de mi autismo…pienso. Entonces camino hacia la máquina, deposito unas monedas y el intenso calor del café derramado sobre mi mano, me avisa que debo poner una taza. Vuelvo a mi escritorio caminando despacio y sin sacar la vista de la cuchara con la cual voy dibujando círculos sin sentido en mi café. Linda blusa, me dice mi compañera al pasar por su lado. Que blusa? Como olvidarlo… ésta fue la blusa que él me manchó con crema aquella vez que fuimos a cenar… Que rápido encontré la respuesta. Era él y la canción que escuché ésta mañana, lo que no me dejó en paz todo el día. Ayer sin ir más lejos, la tarde pasó mucho más rápida y recuerdo contarle a mi amiga por teléfono, la manera en que lo había sacado de mi vida y de mis pensamientos. Es una tarde como la de ayer, solo que hoy se sentó a mi lado la presencia que dejó tu ausencia.

Una Mañana


Apure mi café, tome mi abrigo y busque las llaves que nunca encuentro cuando estoy apurada por salir. El sol alumbraba de costado y la calle tenia ese frío aroma a nuevo, como si alguien hubiese limpiado el asfalto de toda huella. Claro, es otra mañana, otro día muy distinto al de ayer. Lleve mis manos heladas a los bolsillos tibios de mi saco y comencé a caminar. Me cruzo con gente que no puedo dejar de observar y sus caras me llaman la atención. El señor mayor que saca a pasear a su perro. La señora que valdea su vereda. El puesto de revistas que aun tiene la luz prendida. Niños que van a la escuela con la marca de la almohada en sus caritas. Pero todos tienen la misma expresión en el rostro, llevan la mirada encendida, como esperando algo, como sabiendo que algo va a sucederles hoy. Y con esa misma mirada que por las noches ya no se desvía del piso, apresurando su llegada a casa con los hombros encogidos y algo de mal humor. Por que la gente espera solo por la mañana y por la noche se resigna? No supe respondérmelo. Seguí caminando y me sorprendí sonriendo sola; claro, había pasado por mi mente el sabor de tu ultimo beso que supo borrar el gusto del café amargo que deje por la mitad sobre la mesa de la cocina. Recordar que tus ojos forman parte de mi vida, me saco un poco el frío y comencé a murmurar la canción que te gusta. La media hora que dura el viaje hasta mi trabajo, pareció un minuto porque no te fuiste de mi pensamiento. Los días son tan breves desde que volviste, que no me alcanza el tiempo para darte todos los besos que no te di en todos estos años. Que me importa el frío de la noche si se que voy a meterme entre el sol de tus brazos. Que importa hasta donde llevas mi imaginación. Son más de las ocho de la mañana, llego tarde hoy. Apuro mi café, tomo mi abrigo y salgo a la calle buscando tu recuerdo otra vez.

Un Día Agitado

Después de una día agitado, uno de esos días donde te levantas cansado y en tu vestidor y no encontrás nada que te guste.
Y salís a la calle con los minutos contados y te miras en el reflejo de una vidriera y volvés a maldecir la ropa que elegiste y esos kilos de mas que se ven ahora con el comienzo la primavera.
Esos días donde reparas el paso del tiempo cuando en vez de mirar a un joven que va a la escuela, desviás la mirada hacia el padre.
Uno de esos días en que llegas al trabajo y querés asesinar a tu compañero que te da los buenos días con una sonrisa.
Y tu jefe te recuerda los trabajos que hiciste mal.
Y la hora para volver a casa no llega más.
Y nunca falta un llamado del banco que te avisa que tu cuenta está en rojo.
Y lees en las noticias que tu equipo de fútbol hace meses no gana.
Y a mitad del día te llama tu madre para que no olvides el cumpleaños de una tía que no soportas.
Y organizas una salida de amigos y te das cuenta que la única persona que está disponible todos los días y a cualquier hora, sos vos, porque los demás ya tienen su familia y sus hijos y el colegio de sus hijos.
Entonces recordas tus fracasos y te preguntás que hiciste mal.
Fue un día agitado para mí.
Vuelvo a casa ya cuando el sol no se ve y me choco con la mirada del hombre que hoy me quita el sueño.
Y recuerdo, otra vez, que hace un tiempo me di otra oportunidad de cambiarlo todo.
Y lo escucho reír mientras me cuenta algo.
Y besa mi cuello mientras le preparo la cena.
Y lo miro sin escucharlo y pienso que si esta vez no resulta, ya no quiero mas nada.
Él está exento de cada cosa que pasa por mi cabeza.
Por suerte ya esta lista la comida, le preparé unas pastas exquisitas.
No sentamos a la mesa y el sonriendo me dice "Odio las pastas".
Con mi mejor cara me levanto a buscar algún imán de algun delivery en la heladera.
Llega la comida, bajo a buscarla y al chico de la moto no le avisaron que pago con 100, subo a buscar cambio y no tengo cambio. Así que bajé otra vez a decirle que se vaya.
Seguro tengo milanesas en el freezer, pienso. Pero no, obvio, no podía correr con esa suerte hoy.
Mejor me voy a dormir temprano, así termino con ese maldito día.
Cuando termino de acomodar la cabeza en la almohada, recuerdo que dejé a mi novio en el comedor mirando la final del Milan-Barcelona, sin comer, claro.

Mil heridas, Un Amor

La noche se hace cómplice de mi soledad, a veces me siento cómoda en el silencio y me vuelvo egoísta de mis momentos.
Yo no elegí perder la fe.
Yo no quise descreer de todo.
Pero de a poco me saquearon de ilusiones el corazón y solo confié en la imagen que me daban los espejos.
Puse toda mi fuerza por creer en esos ojos.
Rogué mas de una vez que sea cierto, al menos uno, de todos los Te Amo que escuche.
Sufrí cuando me decían que sin mi no les quedaba vida.
Temblé cuando se conmovían con solo rozarme.
No me quedo mentira sin escuchar, ni fraude por descubrir.
Sintiéndome culpable en cada partida y cargando con heridas que juraban ser eternas y solo mías.
Siempre valorice el amor de otros como un acto de valentía incomparable, ya que se necesita coraje para saber amar. Si hasta me obligaba a sentir lo mismo para que no mueran de soledad en su propia historia... Historias que nunca fueron mías... Historias que terminaban cuando ellos quisieron, sin saber si me dejaban con la pasión en la boca.
Que será de la vida de aquel, que las noches se le volvían eternas si yo no estaba.
Donde estará hoy, aquel que solo miraba a través de mis ojos.
Donde estarán descansando aquellas manos, que tenían como único destino mi cintura...
Yo no quise perder la fe... Apostaba mi alma, compartía mis soledades, lloraba con sus penas y reía con sus alegrías.
Pero me vaciaron las venas de entusiasmo y se llevaron hasta mis ansias.
Y cuando por fin me atreví a pedir un poco de amor... Cuando comenzó a tatuarse en mi pecho su nombre, me quede en la soledad de una eterna madrugada.
Hoy se me desborda el alma de sensaciones que no puedo dar. Mi corazón no aguantaría un desengaño mas y ya tengo una colección de heridas ordenadas alfabéticamente.
Yo no quise perder mi inocencia... pero me colmaron de traiciones la memoria y por mas que lo intente... Hoy ya no recuerdo como volver a empezar.

Noches Blancas


Colgada de mi almohada trato de conseguir que mis piernas no se duerman y que mi mente pueda descansar.

Pero pego la mirada en el techo y toda clase de imágenes se dibujan ahí arriba.

Algunas parecen simples manchas de humedad, otras quieren hacerme creer que son sombras chinescas de tus ojos.

Prendo un cigarro más y el despertador comienza a decirme que es hora de levantarse.

Miro la hora y comienzo a preguntarme dónde y cómo se fue tan rápido la noche.

Es que me tomé cinco café y una copa de coñac con tu silla vacía, mientras le reprochaba a ella su larga soledad.

Qué día es hoy? Jueves.

Un jueves alegre porque anticipa la llegada del fin de semana; es como la primavera cuando va amagando un verano.

Voy a salir a la calle cantando bajito.

Quizás un tango o una canción de amor correspondido.

Quizá otro café me ayude a olvidar mi insomnio de anoche.

Pero el café siempre termina traicionándome y me lleva a autoanalizar mi cabeza.

Mi lápiz va quedándose sin punta y ya casi me olvidé sobre qué iba a escribir.

Voy a mirar un rato tu fotografía, así al menos recuerdo por qué no pude dormir.

Hay Días...


A veces voy caminando por la calle mirando como pasan las baldosas debajo de mis pies.

A veces las cuento, otras veces imagino cuanta gente pasó por encima de ellas antes que yo.

A veces me quedo mirando las formas de las nubes y puedo encontrar animalitos o flores.

A veces me gustan cuando están grises, otras veces pienso que no estoy tan lejos de ellas.

A veces miro la cara de la gente y puedo ver su dolor y su historia.

Sé quien puede estar sufriendo por amor o quien está esperando por alguien.

A veces les fabrico un aura de color violeta, otras veces busco en sus miradas algún parecido a alguien que extraño y no veo hace tiempo.

Suelo hacer esta clase de cosas cuando no quiero pensar en algo y busco desesperadamente alguna distracción que entretenga mi mente.

Cuando no encuentro respuestas a las millones de preguntas que le hago a mi destino o cuando siento la necesidad de un abrazo que no llega nunca.

A veces te miro a los ojos y no me encuentro en el reflejo de las pupilas de tu alma.

A veces trato de olvidarte, otras veces repito tu nombre para que no se borre de mi boca tu grito.

Si supiera a quién estoy amando, cuando me tocas la cara y te quedas en silencio y cierro los ojos para concentrarme en tu amor y no irme volando mas allá.

Será el? Me pregunto frente al espejo, esperando alguna afirmación que me anime a seguir adelante.

Tendré que dejar caer mi cintura en tus manos?

Solo sé que hoy tengo tiempo para esperarte.

No importa cuánto tardes, mi cama se acomodará a tu vejez.

lunes, 22 de octubre de 2007

Despedida

Con mis manos cerca del fuego, contemplaba el cuadro que se formaba entre su figura y la luz que entraba por el ventanal.
Sus pupilas que se volvían cristal de este lado de la lluvia, sus dedos dibujando música en el aire y su mente hecha gorrión.
Admirarlo sin perturbar su silencio, era algo que alimentaba mis sueños y lo hacía a menudo. Aquella tarde, bien sabía yo que sería diferente; él me regalaría un espacio mas amplio en su corazón y para siempre olvidaría mis errores.
Comencé despacio a recorrer los diez metros de distancia entre su paz y mi adiós sin vuelta...
De memoria sabía cada palabra que él escucharía:
”Esperaba un momento como éste para hacerlo, esperaba esta calma y la sonrisa de tus ojos... No pienses que bajé los brazos, no. Mi lucha por tenerte ya es eterna y la llevo conmigo a donde vaya. No creas tampoco que he dejado de amarte; quizás cuando pase esa puerta, te ame aun más todavía y te haga menos daño. Pero tengo que irme ya, dejándote como última imagen de mi vida, ésta calma alegre que hay entre los dos... Es que más no puedo dejarte, ya que todo esto fue solo mío... sé que esto será fácil, ya que no vas a pedirme que me quede; desde tu lugar me saludarás sin llanto, como si mi adiós fuese un hasta mañana. Es necesario que sepas que fuiste el hombre más libre y más encadenado a sí mismo que yo conocí. No sé si esta fue la historia más bonita de amor que viví... pero nunca dudes que para mí, fue la historia de vida más importante en los años que llevo encima. Gracias por cada herida que nadie mas volverá a abrir, ya que he aprendido a tu lado... Ahora yo parto a vivir todo aquello que vos ya sufriste... No digas nada por favor, mi adiós egoísta no quiere escucharte, prefiero irme imaginando que me querés a tu lado. Prefiero creer que soñábamos lo mismo. Ya me voy, dejáme por lo menos sentir hasta mañana algo de rencor... que luego te rendiré un homenaje cada día y sembraré tu palabra en los lugares donde la gente no tenga sueños... Adiós amor mío... La rosa que mas sonreía la dejaste a los pies de mi vida y la cuidaré de aquí en mas... para devolvértela algún día. Adiós amor mío”
Su gesto no había cambiado y me escuchó por primera vez sin interrumpirme... Mis ojos se quedaron en los suyos unos segundos... como si quisieran guardar esa imagen para siempre. Se levantó despacio, dio un paso hacia mí... mi rostro se volvió pequeño entre sus manos; cerró sus ojos, besó mi frente y casi susurrando me dijo
“Hasta mañana mi reina”
Mis manos sobre las suyas, mi corazón abierto con su nombre sangrando... y yo temblé otra vez... como la vez primera, cuando también hablé yo.
Su abrazo fue eterno y verdadero esa tarde...
Dio un paso atrás y volvió a formar parte de ese cuadro que yo admiraba hasta hace unos minutos... Comenzó a esperar nuevamente, aquello que le traiga nuevas sensaciones... penas y alegrías.
Cerré la puerta fuerte, tan fuerte como para que no quede chance de volver a entrar.
Salí a la calle, todavía llovía; me despedí de mi esquina, de mi balcón... y al mirar hacia el ventanal... ahí seguía él... mirándome y dándome la última sonrisa.
Saber que nunca me amó, dolía menos que mi adiós.
Y así me fui caminando, borrando cada huella que mis pasos dejaban, para no recordar nunca el camino de regreso a casa.

Bienvenido A Mi Olvido


Se hace confuso el camino desde mis ojos hasta tu alma.

Ya mis pasos no persiguen tus huellas y mi boca grita por lo bajo tu nombre solo para no olvidarte todavía.

Que fuerza me queda en las venas por haberte amado tanto?

Se quedo en mis labios el adiós que tu boca besaba y una vez más me pregunto…

Que parte de mi amor no mereciste?

Cual fue la mañana en que ya no desperté con tu aroma en mis manos?

En cual de todas tus ausencias comencé a sentirme acompañada?

Cuando fue que empecé a echar de menos tu silencio?

Cual fue la lluvia que ya no me vio corriendo por las calles, solo para llegar verte?

Hoy te miro por encima de mi hombro y no llego a ver tu rostro.

Acerco mis oídos a tu grito y no puedo escucharte.

Y venís tan bonito lleno de futuros que ya no quiero.

Donde estabas cuando llevaba tu nombre como bandera?

Que lugares habitaban tus manos cuando mi cintura desnuda te llamaba?

Acaso mi adiós despertó tu orgullo?

Y por más que estires tus brazos ya no podes alcanzarme.

Tu esmero por enseñarme a vivir dio resultado, me regalaste tu libertad y ahora te quedas mirando como rompo las cadenas.

No corras, niño, ya no corras…

Que aquel corazón que latía por tu amor, hoy ya no quiere volver a nombrarte.

miércoles, 17 de octubre de 2007

Tu Carta


"No hay mas ley que mi destino pero siempre tendré memoria. Serás lo más suave de mi vida áspera y tu nombre irá acompañado de mi risa. Volveré eternamente a ti, porque fuiste casi como mi alma"
... Dejó escrito en una hoja, una mañana antes de irse.
No entendía entonces yo su vida.
Por qué estaba tan cerca y tan lejos de mi?
Porque dejaba todo para verme feliz... comenzando por mí.
Pasaron más de tres años del día que dejó esa nota sobre la mesa. Y hoy, acomodando algunos libros, se resbaló de uno de ellos y quedó en el piso de mi cuarto.
Sin llegar a leerla reconocí su letra, que era igual a él. Media clara, media desprolija, media perfecta y media asquerosa.
Me senté en el piso y la levanté con cuidado, como si fuese uno de los pétalos de la rosa que me regaló una vez y aún conservo. Resonó su voz mientras la leía, como si estuviese detrás mío. Pude sentir el aroma de sus manos; también pude escuchar su paso firme bajando la escalera luego de escribirla.
Siempre será así? Pienso...
Será mi destino encontrarlo cuando menos lo espero?
El lo sabe, por eso jamás quiso decirme lo que leía en mi mano.
Siento que ya no habrá mañana sin que viva por él, ni noche sin que muera.
Puedo tomar el teléfono ahora y llamarlo. Y lo escucharé contento y me invitará a bailar. Y lo miraré sintiendo que ya no debo irme.
Puedo cambiar el destino que él leyó en mi mano.
O puedo también arrugar con furia en mi puño sus palabras y hacer de cuenta que nada pasó.

Miércoles


No hay mejor lugar para este momento que esta mesa en este bar. Junto a la ventana, mirando como apura su paso la gente, tratando de escapar de la lluvia, como si las gotas fuesen cuchillos cayendo de punta en su corazón. Nunca nada me dio tanta paz como las lluvias de verano... El agua cae despacio y en silencio y yo respiro profundo para oler de golpe el aroma a humedad y tierra mojada, como si fuese el mejor perfume francés. Distraída entre los giros de la cuchara en mi taza de café y el dibujo que forma la tormenta resvalandose por el vidrio... Me sorprendo buscando en mi memoria tu mirada y se me acalambra el pecho al no poder recordar tus ojos verdes. Que desesperación provoca el olvido... Mezclo mis dedos en mi pelo, desde mi frente hasta mi nuca... y las imágenes siguen difusas. Cómo es posible que no deje de sonar tu risa en cada rincón vacío, pero no puedo recordar tu mirada? La lluvia sigue insistiendo y decido abandonar mi café por la mitad. Salgo por la avenida caminando despacio y dejándome acariciar por cada gota. En cada esquina juego a encontrarte y de a poco puedo ver tu mirada... era tal cual como cuando la había olvidado. Te volvés transparente entre el agua, me tomas la mano y caminas conmigo para el lado del río. Es miércoles, tres de la tarde... y volvió a llover.

Elige Tu Propia Historia


Aquella tarde cuando lo vi por primera vez, supe que podría cambiar mi vida. Y lo hizo. También supe que le regalaría las lagrimas que jamás había derramado antes. Y lo hice. Fue mucho tiempo a su lado y los dos sabíamos que yo era la que tenia en las manos el destino de aquel amor. Porque aquel amor era mío, el solo era un espectador de mis sueños. Tenia dos opciones. Quedarme con el o irme. Si elegia la primera, iba a convertir mi vida en una eterna pelicula de misterio donde jamas se sabria mi papel. Le seria fiel. Lo esperaria cada madrugada oliendo el vino en su aliento y ayudandolo a dormir tratando de quitarle el dolor de cabeza. Por las mañanas me miraria de reojo y quizas le robaria una sonrisa. Iria cada tarde a misa para pedirle a todos los santos que por fin logre amarme. Tomaria como algo natural su debilidad por seducir a otras mujeres. Y por las noches le daria las gracias por volver conmigo. Si elegia la segunda, iba a manejar mi vida a mi gusto. Podria encontrar alguien que quisiera amarme. Que me lleve de la mano al cine y le cuente a su madre lo buena mujer que soy. Seria unica. Me regalaria bombones en cada aniversario. Jamas olvidaria mi cumpleaños. No seria capz de compararme con otra. Mi famila estaria mas contenta. Y hasta tenga uno o dos hijos tambien. Claro que con la primera opcion, me quedaria con quien amo. Y con la segunda me quedaria con quien me ame a mi. Usted... que historia elegiria?

El Ocaso


Y se fue caminando despacio, como quien espera que griten su nombre para voltear la cabeza. Quizás lo hubiese hecho hace algún tiempo atrás, pero al ver como se alejaba y se llevaba con el todo el amor que le di, supe que era en vano llamarlo, ya que se había robado hasta de mi boca su nombre. Esta vez no me fui dando un portazo, le pedí a el que ya no regrese. No sentí dolor, mis ojos se quedaron mirando por la ventana como pasaba en color sepia la historia de los dos. Tampoco pude llorar, ya que se había llevado también mi llanto. Me sentí en calma y algo cómoda; me serví una copa de vino y junto a la chimenea comencé a mirar fotos viejas. Lo había esperado durante tantos años, que ya no se merecía un solo día más de mi vida. Y en vez de quitarle mi amor, se lo di entero en su memoria para que jamás olvide la mirada temerosa que veía en mí cada vez que le pedía que no me deje. Quedaron algunas cosas suyas en la casa, que ya no logran partirme el pecho en dos, si las miro. Se que hay cierto espacio que no se volverá a llenar. No se si alguien lograra agitar mis sentidos como lo hacia el. Solo se que he perdido el arte que aun mucha gente no ha encontrado. Hoy mi cuerpo pesa veintiún gramos menos. Hoy he dejado de amarlo.

Esta Noche Volviste



Es tarde ya, el sol ya bajo y comencé a preparar tu plato preferido por si se te ocurre venir.
Puse jazmines en el cuarto y compre tu vino favorito.
Tome un largo baño de espuma y rocié con poco perfume mi piel.
Me deje el pelo suelto y algo alborotado como a vos te gusta, y me vestí con esa falda que me regalaste la Navidad pasada.
Deje la música suave de fondo. Y algunas velas desparramadas por ahí.
Se acerca la hora y puedo escuchar tu auto estacionando delante de mi casa.
Te veo caminar despacio hasta la puerta y voy a recibirte.
Me das un beso, una sonrisa y te sentas a cenar en mi mesa.
Me relatas como fue tu día, me decís que estoy bonita y me besas la mano que deje caída sobre la mesa.
Y yo no dejo de admirarte, te veo cerca de mí y no me explico como paso todo.
Me pedís que me siente a tu lado y comenzamos a hablar y a reírnos de todo. Siento tu aroma otra vez y tu voz suena como un eco en una noche desierta y solitaria. Bebemos de la misma copa y sigo sin entender como podemos ser tan felices.
Que eterna seria mi soledad sin tus ojos verdes.
Empiezo a contarte como fue todo el tiempo que pasamos separados, cuando creíamos que ya no había remedio que cure nuestro amor.
La tristeza se nota en tu mirada, cuando te cuento las veces que te nombraba para no sentirte tan lejos.
Las madrugadas interminables que pasaba en nuestra cama recordando tu figura iluminada por la luna.
Fue larga tu ausencia y no hubo un solo día de sol desde que te fuiste. Pero hoy estas acá y el dolor se olvida... seco mis lagrimas para seguir hablando de otra cosa y levanto mi vista para volver a mirarte...
La silla donde estabas hasta cuando empece a hablar, esta vacía... La botella de vino esta llena y tu plato esta intacto. No están las colillas de tus cigarros en el cenicero y tu auto desapareció. Y vuelvo a maldecirme...
No puede ser tan intenso el amor que tengo, como para vivir una historia de amor con tu silencio.
No puedo estar tan loca como para hablar con tu fantasma. Lloro sin entenderlo y grito tu nombre con rencor.
Al menos tu recuerdo me hizo feliz por unos momentos... Es tarde ya... creo que es mejor acostarme y mañana levantarme temprano y llevarte el desayuno antes de que despiertes.

sábado, 15 de septiembre de 2007

Voleré... Un día después


Cada vez que veas esta lluvia,
cada lágrima que jamás derrames por mi...
cada otoño que me acerque a tu recuerdo,
cada primavera que me aleje de tu cuerpo.

Cuando te retires victorioso,
cuando creas que ya te has ido
cuando no me veas caminando por tus sueños...
Cuando tu alma me condene al olvido...

volveré como vuelve cada estación,
y beberé cada noche de tu risa,
seré eso que esperabas mientras soñabas...
lameré cada herida que hayan dejado las espinas de otra rosa...

Y volveré, como vuelve todo, un día después....
Y seré, el grito que te despierte
la huella de tu perdido andar
la calma y el temporal

En ese instante, volveré,
y sabré lo que tuve que aprender...
Aprendí a querer a tu modo, aprendí que tu corazón es tuyo...
Y que el mío... te lo has quedado tú.

Treinta Años


Hay destino luego del destino?
Existe aquel amanecer único que podré guardar en mi memoria para siempre?
Habrá pasado ya el día más feliz de mi vida?
Quedara alguna pena más grande de las que ya tuve?
Volveré a llorar por amor?
Los años van pasando y uno se vuelve más sensible y más duro.
Nos emocionan otras cosas y ya no creemos en lo que antes nos conmovía.
Miramos de reojo las promesas de amor y ya no nos conforma cualquier mirada.
Tengo casi tres décadas de otoños grises encima mío y más de quince primaveras azules.
Quizás ahora comienza la nostalgia o tal vez será la inocencia perdida que me traerá melancolías. Estoy más segura de lo que no quiero que de lo que espero.
Tengo el pecho mas fuere para soportar los golpes.
Tengo heridas. Tengo alegrías. Tengo la risa eterna.
Ame de la manera mas hermosa que puede amarse… y todavía tengo las manos llenas de pasiones para regalar.
Tengo sueños que nadie se animaría a tener.
Tengo las ilusiones intactas.
Tengo la furia, la magia y jazmines en mi cuarto.
Me miro al espejo y mis ojos rebalsan de brillo, mis mejillas tienen el color del sol y aun puedo ver la corona de aquella noche cuando me convirtieron en reina.
Ni mis eternas preguntas me harían débil.
Mis dudas solo alimentan mi sed de saber y llegar hasta el final.
Quien se atreve a esta mujer?
Podes venir ahora si querés; tengo la mano tendida si querés acompañarme y mi cruel indiferencia si querés asesinarme.
Acá estoy, vení si podes.