lunes, 29 de octubre de 2007

Mil heridas, Un Amor

La noche se hace cómplice de mi soledad, a veces me siento cómoda en el silencio y me vuelvo egoísta de mis momentos.
Yo no elegí perder la fe.
Yo no quise descreer de todo.
Pero de a poco me saquearon de ilusiones el corazón y solo confié en la imagen que me daban los espejos.
Puse toda mi fuerza por creer en esos ojos.
Rogué mas de una vez que sea cierto, al menos uno, de todos los Te Amo que escuche.
Sufrí cuando me decían que sin mi no les quedaba vida.
Temblé cuando se conmovían con solo rozarme.
No me quedo mentira sin escuchar, ni fraude por descubrir.
Sintiéndome culpable en cada partida y cargando con heridas que juraban ser eternas y solo mías.
Siempre valorice el amor de otros como un acto de valentía incomparable, ya que se necesita coraje para saber amar. Si hasta me obligaba a sentir lo mismo para que no mueran de soledad en su propia historia... Historias que nunca fueron mías... Historias que terminaban cuando ellos quisieron, sin saber si me dejaban con la pasión en la boca.
Que será de la vida de aquel, que las noches se le volvían eternas si yo no estaba.
Donde estará hoy, aquel que solo miraba a través de mis ojos.
Donde estarán descansando aquellas manos, que tenían como único destino mi cintura...
Yo no quise perder la fe... Apostaba mi alma, compartía mis soledades, lloraba con sus penas y reía con sus alegrías.
Pero me vaciaron las venas de entusiasmo y se llevaron hasta mis ansias.
Y cuando por fin me atreví a pedir un poco de amor... Cuando comenzó a tatuarse en mi pecho su nombre, me quede en la soledad de una eterna madrugada.
Hoy se me desborda el alma de sensaciones que no puedo dar. Mi corazón no aguantaría un desengaño mas y ya tengo una colección de heridas ordenadas alfabéticamente.
Yo no quise perder mi inocencia... pero me colmaron de traiciones la memoria y por mas que lo intente... Hoy ya no recuerdo como volver a empezar.

No hay comentarios: