lunes, 7 de junio de 2021

YO

 

Es raro, pero a media mañana me encuentro sola en casa, no sucede siempre y ahora me doy cuenta cuanto necesito mi soledad.

Para pensar, para analizar, para registrar lo que está pasando. Para decidir. Para aceptar. Para negar.

No soy la misma de antes, tuve la capacidad de enfrentar el cambio sin sentir miedo, o sin tener tiempo para sentirlo.

Me siento enorme, se que ya no dependo de nadie para salir adelante, ya nadie me hace feliz, nadie me hace reír, nadie me mata de amor… Entendí que soy la única que puede generar todas esas sensaciones, y si uso a alguien de canal, mejor, sino me río igual, soy feliz igual y camino igual.

De haber entendido esto mucho antes, tal vez, hubiese sido todo distinto. Creo que


haber atravesado tantas pérdidas me ateflonó el corazón.

Siento que ya no voy a morir por amor, pienso que ya no me pondré nerviosa por verlo llegar, ni me pondré el vestido que lo volvía loco.

Suena muy ególatra pero siento que el premio soy yo y hay que luchar fuerte para merecerme.

No soy consuelo de nadie, ni de mi misma.