Es raro, pero a media mañana me encuentro sola
en casa, no sucede siempre y ahora me doy cuenta cuanto necesito mi soledad.
Para pensar, para analizar, para registrar lo
que está pasando. Para decidir. Para aceptar. Para negar.
No soy la misma de antes, tuve la capacidad de
enfrentar el cambio sin sentir miedo, o sin tener tiempo para sentirlo.
Me siento enorme, se que ya no dependo de nadie
para salir adelante, ya nadie me hace feliz, nadie me hace reír, nadie me mata
de amor… Entendí que soy la única que puede generar todas esas sensaciones, y
si uso a alguien de canal, mejor, sino me río igual, soy feliz igual y camino
igual.
De haber entendido esto mucho antes, tal vez, hubiese sido todo distinto. Creo que
haber atravesado tantas pérdidas me ateflonó el corazón.
Siento que ya no voy a morir por amor, pienso
que ya no me pondré nerviosa por verlo llegar, ni me pondré el vestido que lo
volvía loco.
Suena muy ególatra pero siento que el premio
soy yo y hay que luchar fuerte para merecerme.
No soy consuelo de nadie, ni de mi misma.
1 comentario:
Al infinito y mas allá
Publicar un comentario