Hoy recordaba cuando pasaba
mi tiempo eligiéndote a vos.
Elegía tus pocas palabras y
tus silencios.
Elegía tu quietud.
Elegía tus ganas de quedarte
encerrado conmigo.
Recuerdo que agradecía al
tiempo por haber vuelto a encontrarte.
Hoy recordaba cuando elegía minuciosamente
mi ropa interior para motivarte aún más.
Elegía la cena que mas te
guste y no había una sola noche que no elija dormir abrazándote.
Un día, no se cuando pasó,
dejé de elegirte.
Deje de elegir tus manos como
refugio. Mi cintura dejó de elegir tus brazos.
Tu silencio dejó de ser
elegido en mis oídos y tu encierro dejó de importarme para elegirlo.
Un día pensé que te alertarías
y agitarías el abismo que había entre los dos. Pero nunca elegiste sufrir por
mí.
Seguiste adelante con todo,
tal vez imaginaste que jamás me sentiría agotada.
Te amé tanto. Te seguí tanto.
Era tan feliz con vos.
Tal vez nunca nada te costó
un poco de esfuerzo.
Ni yo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario