miércoles, 4 de octubre de 2023

Espejo

 

Me miré en el espejo y me vi. Reconocí los ojos que te buscaron una vez y recordé la locura con que te amé.

No había mejor momento del día que tu llegada, te abrazaba y eso solucionaba todo.

Soñé mi vida con vos, programé, proyecté, planifiqué. Sentía que no te merecía.

Muchos de mis anhelos, si, míos, porque nunca fueron nuestros, se cumplieron y hasta llegué a sentir culpa de ser tan feliz.

Podías llevarme con los ojos vendados hasta el fin del mundo, porque confiaba en tus pasos.

Tuviste el poder de mi amor, algo tan sagrado y tan noble como eso y no lo supiste valorar.

Tomaste mi corazón, lo rompiste contra el piso y ahora soy yo la culpable de esta lejanía; esta lejanía tan cercana que me deja sin palabras, sin poder decirte que aún tenes ese poder, porque tenes en tus manos la herramienta para cambiar el destino de los dos y te quedas inmóvil mirando como la vida pasa.

Éramos la envidia sana de los que nos querían y hoy se preguntan donde estamos.

Ganamos y perdimos tanto, lo tuvimos todo, fuimos hasta la cima y hasta el mas oscuro fondo. Sé que si no hubieses estado en los peores momentos, todo me hubiese costado el doble. Pero fuiste mi montaña rusa de emociones y siempre la traición duele mas.

Siento que no te debo nada, porque te lo quedaste todo, mi alegría, mi humor, mi fuerza… me fuiste apagando tanto que ya no me reconoces. Pero la que está acá, hablándote, es la misma que estaba dispuesta a todo, solo que hoy está cansada.

Duele que hayas cancelado mi corazón, pero mas duele saber que teniendo todo para cambiar la realidad de hoy, elegís tu manera egoísta de quedarte en el mismo lugar de siempre.

 

sábado, 25 de febrero de 2023

Besos en la Frente


Estás, siempre estás. Y de la manera mas egoísta me guardo tu imagen sin compartirla con nadie.

Fuimos uno. Fue tu mano fundida en la mía, fue el aroma que me dejaste en la piel. Si vieras la alegría que siento cada vez que te nombro, porque tu nombre me ilumina los días.

Nadie entiende por qué te recuerdo con tanta esperanza si me dejaste tan rápido, si te fuiste de golpe, sin avisar.

Tal vez sea porque tengo la certeza que mañana voy a verte y podremos abrazarnos como la ultima vez.

No me importa donde estes, solo quiero que sepas que sigo en mismo lugar, esperándote siempre. Que no te guardo rencor por dejarme, que no te culpo por ninguna de mis lágrimas, que el vacío enorme que tengo en el alma, lo lleno con el recuerdo de todos los besos que te dí.

Y si canto, es en tu honor. Y si bailo es para que me veas feliz. Y si lloro es porque a veces me siento tan vulnerable, pero saber que tuvimos una historia de amor única y real, me hace poner de pie y empezar a correr, y corro, rápido, veloz, sin pausa, creyendo que voy a alcanzarte.

miércoles, 20 de julio de 2022

Sin aviso

                                                                                 
 

Sin aviso previo y sin tocar la puerta, aparecen esos aromas que me llevan a recordar dolores hermosos, lágrimas felices y abandonos dulces.

Sin decir nada, vuelvo a sentir esa espera alegre y melancólica.

Dejar caer mi cintura en tus manos fue la experiencia kamikaze más extrema y vertiginosa a la que me enfrenté. Y me enfrenté fuerte y segura, conociendo el final siempre y sintiéndome totalmente desahuciada.

 Pero te seguía esperando siempre, aunque en cada regreso, volvías a irte.

Sin aviso previo y sin pedir permiso, volves a hundirte en mi perfume mostrando esa locura que me hacía pensar que esos minutos valían la pena.

Sin miedo a nada, vuelvo a ponerme linda por si te encuentro, enjuago mi boca de otros sabores y cierro los ojos por si pensas besarme.

Mi cuello se estira esperando tus labios y vuelvo a rezar para que no te vayas, aunque mi espalda se va acomodando al frío del vacío que vas a dejar en la cama, una vez más.

Me miro en el espejo repitiendo cien veces “no debo” mientras borro tu nombre escrito con rojo, el mismo rojo que te gustaba para mi boca.

Sin que nadie lo sepa vuelvo a tener el circo de sensaciones que me daba tu cercanía y tu mano acariciando mi pelo cuando me quedaba dormida en tu pecho.

Sin aviso previo y sin pedir permiso, volves a irte, como te fuiste siempre y tal vez esa era tu magia. Te ibas dejando jazmines para que todos sepan que estuviste.

Sin avisarte y en silencio, la que se va ahora soy yo, imaginando que vas a salir a buscarme apenas comience a llover.    

lunes, 7 de junio de 2021

YO

 

Es raro, pero a media mañana me encuentro sola en casa, no sucede siempre y ahora me doy cuenta cuanto necesito mi soledad.

Para pensar, para analizar, para registrar lo que está pasando. Para decidir. Para aceptar. Para negar.

No soy la misma de antes, tuve la capacidad de enfrentar el cambio sin sentir miedo, o sin tener tiempo para sentirlo.

Me siento enorme, se que ya no dependo de nadie para salir adelante, ya nadie me hace feliz, nadie me hace reír, nadie me mata de amor… Entendí que soy la única que puede generar todas esas sensaciones, y si uso a alguien de canal, mejor, sino me río igual, soy feliz igual y camino igual.

De haber entendido esto mucho antes, tal vez, hubiese sido todo distinto. Creo que


haber atravesado tantas pérdidas me ateflonó el corazón.

Siento que ya no voy a morir por amor, pienso que ya no me pondré nerviosa por verlo llegar, ni me pondré el vestido que lo volvía loco.

Suena muy ególatra pero siento que el premio soy yo y hay que luchar fuerte para merecerme.

No soy consuelo de nadie, ni de mi misma.

viernes, 25 de septiembre de 2015

Elegir

Hoy recordaba cuando pasaba mi tiempo eligiéndote a vos.
Elegía tus pocas palabras y tus silencios.
Elegía tu quietud.
Elegía tus ganas de quedarte encerrado conmigo.
Recuerdo que agradecía al tiempo por haber vuelto a encontrarte.
Hoy recordaba cuando elegía minuciosamente mi ropa interior para motivarte aún más.
Elegía la cena que mas te guste y no había una sola noche que no elija dormir abrazándote.
Un día, no se cuando pasó, dejé de elegirte.
Deje de elegir tus manos como refugio. Mi cintura dejó de elegir tus brazos.
Tu silencio dejó de ser elegido en mis oídos y tu encierro dejó de importarme para elegirlo.
Un día pensé que te alertarías y agitarías el abismo que había entre los dos. Pero nunca elegiste sufrir por mí.
Seguiste adelante con todo, tal vez imaginaste que jamás me sentiría agotada.
Te amé tanto. Te seguí tanto. Era tan feliz con vos.
Tal vez nunca nada te costó un poco de esfuerzo.
Ni yo.



domingo, 4 de agosto de 2013

Días

Mas de una vez me han dicho que haga terapia, que me haría bien.
Claro que como buena tozuda que soy, jamás empecé.
Pero en días como hoy lo pienso, cuando no encuentro el motivo de mi molesto mal humor mezclado con angustia;  y me encierro en mi propio cuerpo, con mis piernas dobladas al pecho y mis brazos rodeándome.
Intento llorar. Eso siempre  funcionó para calmarme y seguir.
Pero esta vez no.  O ya no tengo el tiempo que solía tener.
Definitivamente hay algo que no me deja en paz.
No soy esa clase de mujer que dice con el pecho inflado “Yo digo todo lo que pienso y siento”. No, la verdad que no es así. En verdad no conozco a nadie que lo haga, nunca escuché a ninguno diciendo “Che, chino de mierda, no apagues las heladeras a la noche, la puta que te parió, chino”, pero todos nos quejamos de lo mismo.
Yo tampoco digo siempre lo que me pasa, mas de una vez he mentido diciendo “Si, si, de verdad, está todo bien”.
Y entonces no sé de qué me quejo si no abro la boca en el momento que debo hacerlo, no?
A veces me pregunto si te volvería elegir…
Hay días en que digo que si.
Hay días, como hoy, en los que dudo.
Simplemente, hay momentos en los que me siento cansada, defraudada, desilusionada,  desganada, vencida y harta.
Y se que mañana me voy a levantar mejor, y tal vez lea esto y me ría…
Hasta que vuelva a sentir lo mismo que siento ahora y tenga ganas de irme lejos otra vez…


lunes, 19 de marzo de 2012

Solicitud

Casi por algo naturalmente cronológico, todos los ex, vuelven luego de un año.

Cuando ya tenés todo bajo control, cuando por fin pudiste tirar ese osito de peluche que él te había reglado, de repente, tenes una nueva solicitud de amistad en Facebook.

¿Qué hago? Pensás. No da tener un ex en Facebook.

“Bueno, lo admito, le miro todas las fotos y lo elimino” No, tampoco, porque la leyenda “fulana de tal ahora es amiga de Juan Pérez” seguro te trae millones de cuestionamientos de tu pareja actual y ni que hablar de tus amigas que te bancaron 6 meses llorando por el.

Entonces, como en una película en blanco y negro, te vienen todos los momentos del fin de esa relación.

Sábado por la noche, te preparas para festejar dos años y cinco meses juntos. Te pasa a buscar y ya con cara extraña te dice: “Cenamos en un lugar tranqui, dale?”.

Una vez en la mesa, no dijo una palabra y como buena mujer le preguntás

- ¿Qué te pasa gordo?

-Nada

-Dale, algo te pasa

-No, nada.

-Si, estas raro, algo te pasa.

-No, no me pasa nada, quedate tranquila.

-Bueno, pero seguro seguro seguro que no te pasa nada no?

-Seguro.

Piden la cena, el postre, el café… y mientras va revolviendo con la cucharita y mirando su taza, te tira un “tenemos que hablar”.

Bueno! Te acomodas mejor en la silla y lo mirás fijo estrujando en tu mano derecha la servilleta.

“No estoy bien, necesito un tiempo, no te estoy dejando, pero necesito estar unos días sin vernos para saber que me pasa realmente, vos no tenes nada que ver, soy yo”.

Ah bueno, desde los quince años que nadie te pedía un tiempo, ya no se usa pedir tiempo, tarado! “No sos vos, soy yo” Qué dice? Usa frases hechas, cagón!

Pero como vos ya sos adulta, decidís darle su espacio y no llamarlo por unos días.

A la mañana siguiente abrís el Messenger y lo ves en línea. Enseguida te ponés un estado tipo “¡Qué lindo día!” o “salida con las chicaaaaaas”.

No te importa nada, pensás en menos de cinco minutos te aparece una ventanita que dice: Juan Pérez dice: Hola.

Pero nada, pasó más de dos horas, el reventado sigue en línea y nada.

Pasan tres días, ya te sabes de memoria todas las canciones de Sin Bandera y Camila.

Vas a trabajar y te imaginas que te va a esperar en la puerta. Nada che.

Reunión urgente de amigas, necesitas que te digan que va a volver, te dan concejos. “llamalo, dejalo, ignoralo, eliminalo del Messenger, andá a buscarlo a la casa, hablá con la madre” Y a vos nada te convence.

Entonces, a los 18 días, te plantás y decidís ir a buscarlo al trabajo, listo, hablas, solucionas todo y chau.

Estás a punto caramelo, entangada, pintada, perfumada, depilada. No te parás justo en la puerta para no asustarlo, entonces te paras enfrente. Son las seis en punto, ya sale. Y ahí lo ves… Qué bueno que está, estos días sin verlo lo pusieron mas lindo parece. Y esa forma de caminar… solo pensás en agarrarlo y que te parta en ocho. Vas hacia la esquina para cruzar y no le despegas la mirada. De repente lo ves fundirse en un abrazo con una mujer, le da un beso que le saca dos premolares. Ella tiene diez años menos que vos, cinco kilos menos, un culo divino, un pelo hasta la cintura, unas tetas balcón increíbles. Te querés matar. Ahí está la razón de su malestar. Te da media vuelta y te vas, antes te metes en el culo el maquillaje, el perfume y los 60 pesos que te cobraron del cavado completo. Lloras, lloras, lloras y mandas mensaje en cadena a tus amigas “al hijo de puta le agarró el viejazo, lo vi con una pendeja que se parte, me voy a casa a tomarme un fernet puro y sin hielo”

Ya en tu casa, con la pintura corrida, borracha y llorando todavía. Lo llamás.

-Hola Juan.

-Ah, hola, cómo estás?

-Cómo carajo se supone que tengo que estar pedazo de forro?

-No sé, decime.

-Te fui a buscar hoy al trabajo y te vi con esa puta de mierda, como carajo te crees que estoy?

-Pero nosotros nos estamos más juntos.

-Y en que momento me avisaste? Me pediste unos días, pasaron 18 y ya estás con otra!

-Se llama Mariana.

-Ah! Se llama Mariana la conchuda esa! Y Mariana sabe que YO existo?

-Mirá, con Maru estamos juntos hace seis meses, yo te lo quise decir, pero…

-Pero que? Me estas cargando? Sos un cagón! Me pediste tiempo, forro! Y yo como una pelotuda me quede esperando que me llames!

-Tenés razón, perdoname, pero lo nuestro ya no daba para mas.

-Pero, Juan, yo nunca me enteré que no daba para más, ay! Que pelotudo sos Juan!

-Tengo que cortar, disculpame.

-No me cortes Juan… Juan no me cortes! Juan? Juan? Juan!

Pedazo de hijo de re mil puta te cortó!

Y sentís que se te viene el mundo abajo. No la remontás con nada.

Volvés a la solicitud de amistad, mirás la foto de perfil, sigue tan bueno como antes.

Y decidís. Te cuesta pero tomás la decisión.

Te sentís radiante, fuerte, irresistible e inolvidable.

Nunca antes un simple click te hizo sentir tan bien.

“Ignorar solicitud”.